La administración es una expresión organizativa y funcional que responde a las necesidades de la vida colectiva, por lo que acompaña las manifestaciones sociales a partir de los grados primarios de complejidad de las comunidades, por lo que su presencia resulta inevitablemente asociada a los valores culturales que construye la sociedad y a los mecanismos de preservación de los mismos. La libertad es uno de los valores esenciales en la sociedad contemporánea, que determina su ascenso humanista, y el Derecho Administrativo, por su parte, aparece como una de las herramientas de mayor eficiencia para garantizar la permanencia, primacía y proyección de la libertad del ciudadano – y con ello, de la Sociedad-, mediante la adecuada organización y funcionamiento del aparato administrativo del Estado a los contornos de la legalidad, para concretar su esencia como un derecho regulador del poder para garantizar la libertad, desplazando el esquema primitivo del autoritarismo personalista.